Extremoduro. Lengua de signos.

Este vídeo representa, desde mi parecer, el tema principal que va a tratar mi blog. Primero, quiero tratar la importancia que tiene aprender lengua de signos. Trabajé con una gran persona que me enseñó a ver la importancia que tiene saber esta lengua.  Me resultó muy doloroso ver ciertas situaciones de la vida cotidiana, como puede ser, ir a un bar e intentar pedir y que los camareros se pasaran mi mesa de unos a otros porque no comprendían a mi compañero. Otra de las miles de situaciones que vive continuamente es en las tiendas de ropa, cuando quiere ir a comprar un regalo y no sabe qué comprar, las dependientas no son capaces de comunicarse con él y terminan por abandonarle en el asesoramiento.
 Por esto y mucho más, pienso que debería estar presente a lo largo de la enseñanza obligatoria porque todos estamos en el mismo país y a todos nos gusta comunicarnos como seres sociales que somos.

En segundo lugar, me resulta de gran importancia este vídeo, ya que, refleja todo aquello que me resulta imprescindible para cambiar la sociedad "ensancha el alma", elimina los prejuicios y aprende a vivir en comunidad.

Desde que somos pequeños nos imponen unos valores y costumbres, nos educan como bien dice el vídeo para "ser adinerados". A mí particularmente me decían, "tienes que estudiar para llegar a ser alguien en la vida", pues bien, creo que desde que nacemos ya somos alguien en el mundo , pues ya nacemos siendo únicos, la diversidad enriquece la sociedad. Si todos fuésemos "importantes abogados" como dice la canción, ¿quién realizaría los maravillosos edificios que nos permiten vivir refugiados del clima frío, caluroso...?

Todos debemos ser esos "indios libres" de los que habla la canción y ser personas que dediquen su vida a aquello que les haga feliz.
Debemos abrir la mente, dejarnos llevar, sentir y reflexionar sobre aquello que nos permite sentirnos a gusto con nosotros mismos. La sociedad nos enseña "el odio y la avaricia" en lugar de enseñarnos a ser felices con lo que tenemos, pues no es más feliz quién más tiene, sino quién mejor aprecia aquello que tenga.

¡Hasta pronto mis piñones!